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7 películas sobre pintores que no debes dejar pasar si te gusta el arte

7 películas sobre pintores que no debes dejar pasar si te gusta el arte - Nomadart

Llega el verano y por fin podemos disfrutar de nuestro tiempo como es debido. Por eso buceamos en la videoteca para rescatar siete películas sobre artistas consagrados en la Historia (y una dirigida por un famoso autor). Desde Johannes Vermeer o Van Gogh hasta Frida Kahlo o Jackson Pollock.

Cualquier persona a la que le apasione el mundo de la pintura, muy probablemente, también sienta predilección por otras artes visuales como la escultura, la fotografía… o el cine. Y entre el mundo de los pinceles y el mundo de los lienzos siempre ha habido una conexión especial, como si poder ver las biografías de pintores y pintoras que nos epatan en la realidad también tuviera algo poético dentro.

En este reportaje recomendamos siete de esas tantas y tantas cintas que repasan la vida y la obra, a veces de formas sorprendentes, de esos autores que han vertebrado nuestra afición por la pintura, a veces descubriendo que era precisamente su día a día el motivo de la inspiración que les invadió para crear sus obras maestras. Además, añadimos un (¿falso?) documental que cualquier amante de Banksy debería ver.

Pollock: La vida de un creador (Ed Harris, 2000)

El cuatro veces nominado al Oscar Ed Harris debutó en la dirección con uno de sus proyectos más ansiados: recrear cómo fueron aquellos trágicos pero fulgurantes años 40 en los que el matrimonio entre un atormentado Jackson Pollock y una abnegada Lee Krasner (que más tarde se resarciría siendo una de las grandes pintoras modernas) vio cómo el pintor se convertía en uno de los nombres propios más importantes del mundo. Eso sí, la fama derivaría en problemas con el alcohol, episodios violentos y dudas filosóficas que se plasmarían en los grandes lienzos del artista. La cinta se llevaría uno de los dos Premios de la Academia a los que estuvo nominada: precisamente para Marcia Gay Harden, quien interpreta a Krasner.

Mr. Turner (Mike Leigh, 2014)

Intimista como pocos, el director Mike Leigh puso el foco en cómo un huraño J.M.W Turner, uno de los artistas británicos más reconocidos a nivel internacional, buscaba la paz en un pequeño pueblo a orillas del mar después de una tragedia familiar. La cinta también juega con un enorme sarcasmo la manera en que Turner, a pesar de llevar una vida donde de día alterna con aristócratas y de noche frecuenta burdeles, es víctima de habladurías y burlas por ambos mundos. Fue nominada a cuatro Oscar (entre ellos, Mejor Fotografía) y Timothy Spall, que encarna al maestro, se llevó el premio a Mejor Actor en el Festival de Cannes.

Frida (Julie Taymor, 2002)

La actriz Salma Hayek llevaba tanto tiempo queriendo sacar adelante este biopic sobre la celebérrima pintora mexicana Frida Kahlo (1907 – 1954) que años más tarde ha admitido públicamente que le cabrea pensar en todo lo que hubo de ceder como productora para que el otro productor, el archiconocido Harvey Weinstein, quedase contento. Sin embargo, la cinta refleja no solo la colorida atmósfera de sus cuadros, sino también de su vida (como se puede comprobar en la visita virtual a su Casa Azul), multicromática sentimentalmente hablando, dado que tenía su relación de tira y afloja con su marido, Diego Rivera; un affaire con el político comunista León Trotski; y varias mujeres en su lecho. Ganó 2 de sus seis nominaciones a los Oscar.

La joven de la perla (Peter Webber, 2003)

Para muchas personas, esta película fue la forma de descubrir a dos actores que acabarían siendo grandes estrellas: Scarlett Johansson, que ese mismo año también haría Lost in Translation, y Cillian Murphy, que el año anterior ya había despuntado con 28 días después. Pero ninguno de los dos encarnaba al pintor en cuestión, autor de la obra que da nombre a la cinta: Johannes Vermeer era interpretado por Colin Firth en esta historia libremente basada en la vida del artista holandés del siglo XVII y que sigue siendo estudiado por su asombroso uso de la luz. Su cuidadísimo detallismo en cuanto a la puesta en escena le valió tres nominaciones al Oscar (Fotografía, Vestuario y Dirección Artística).

Loving Vincent (Dorota Kobiela, Hugh Welchman, 2017)

Sobre todas las cosas, esta película polaca (aunque una pequeña porción de su presupuesto provino de Reino Unido) es un hito: se trata del primer largometraje compuesto por pinturas animadas. Es decir, su hora y media de duración, en la que narra cómo un año después de la muerte (¿o fue asesinato, como le han preguntado a su último cuadro?) de Vincent van Gogh un cartero le pide a su hijo que entregue la última carta que el pintor holandés escribió a su hermano Theo, su gran apoyo (pero no quien le compró su único cuadro, como se suele decir), están constituidos por cerca 56.800 fotogramas pintados a mano uno por uno, todos y cada uno de ellos inspirados por el particular estilo del magistral artista.

Carrington (Christopher Hampton, 1995)

Ambientada durante los albores de la Primera Guerra Mundial, la película narra un momento de la vida del escritor inglés Lytton Strachey, de reconocida homosexualidad: cuando queda prendado de la figura adolescente de la pintora Dora Carrington. Entre ambos surgirá una buena amistad, ya que acabarían formando parte del Club Bloomsbury, un grupo de intelectuales (ento los que, por ejemplo, también se encontraba Virginia Woolf). A Carrington la interpreta una joven Emma Thompson y a Strachey el veterano Jonathan Pryce, que se llevaría el premio a Mejor Actor en el Festival de Cannes de 1995.

Exit Through the Gift Shop (Banksy, 2010)

Y acabamos con este documental, en el que nunca es fácil adivinar si lo que estamos viendo es ficción o realidad, que narra cómo Thierry Guetta, un francés afincado en California con obsesión por grabarlo todo acaba convirtiéndose en uno de los más importantes nombres del arte urbano. Ciertas similitudes con Banksy, que aparece en el largometraje, que él mismo dirige, sin desvelarse su identidad, y que muchos han catalogado como otra muestra más de su arte. Cuando se acaba de verlo uno solo puede preguntarse si toda obra es una farsa, si es verdad que el mundillo está tan lleno de envidias o si el genio nace o se hace, pero, especialmente, ¿es alguien realmente bueno o es el público increíblemente tonto?

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