Técnica
La técnica de Donna Weathers se caracteriza por una combinación de espontaneidad y control, donde la pintura cobra vida a través de trazos expresivos y gestuales. Utiliza principalmente carboncillo, pintura en blanco y negro y materiales crudos, aplicándolos con pinceles, paletas o incluso raspeando la superficie para revelar capas ocultas. Su proceso es orgánico, con cada pieza evolucionando de manera intuitiva, dejando que las texturas y las formas surjan de manera fluida. Weathers evita los detalles precisos, permitiendo que el color y el movimiento guíen la obra, creando una sensación de profundidad y energía que invita a la interpretación del espectador.