Existe un club reducido de estrellas del séptimo arte que dedica gran parte de su tiempo libre a los pinceles, y que no conocías. En esta serie hablaremos de esta pasión oculta en Beverly Hills....
Y es que ser solo actor en Hollywood tiene que ser muy aburrido. Ahí está Jaden, el hijo de Will Smith, que ha montado su propia empresa para vender agua embotellada. Y le va muy bien. Pero es verdad que eso requiere mucho Excel y, en realidad, lo que quieren los intérpretes de la ciudad de las estrellas es, la mayor parte de las ocasiones, sacar toda su vena artística más allá de los personajes que encarnen.
Es por eso que algunos, entre pausa y pausa de un rodaje o entre película y película (o series, allá cada cual con lo que ruede) se pasa el día pues con sus hobbys: los hay músicos, como Hugh Laurie; a otros les da por parar el cambio climático, como a DiCaprio; otros son apasionados del póker, como Tobey Maguire; Judi Dench aprendió con Vin Diesel a jugar a 'Dragones y Mazmorras';... y tenemos a los que se dedican a la pintura.
Y aquí hay verdaderos y ya muy reconocidos artistas, con estilo y voz propia, que vamos a ir desentrañando poquito a poco. No todo va a ser séptimo arte, que hay seis más, ¿no?
Lucy Liu
Vamos a empezar con Lucy Liu (sí, la de los ángeles de Charlie...) porque su historia es una de las más curiosas. Hasta que estudió Bellas Artes, la actriz estaba completamente obnubilada por la fotografía y hacía sus pinitos en las calles de Nueva York. Pero dejó la cámara por los pinceles y, buscando la inspiración en sus tradiciones de sus ancestros (es primera generación en Estados Unidos, puesto que es hija de inmigrantes) comenzó a pintar.
Saltamos a 2009: debido a que es una actriz de éxito que ha trabajado con Quentin Tarantino en Kill Bill o en cintas oscarizadas como Chicago, prefiere mantener el anonimato de sus obras, para que no interfiera su nombre hollywoodiense con su arte. Pero aquel año se destapa que es ella quien está detrás del pseudónimo Yu Ling, su alter ego en la pintura.
Los críticos se echan las manos a la cabeza porque su notoriedad y su fama ya eran de sobra conocidas en el mundillo. Sus cuadros y trabajos, que asemejan rituales pictóricos de China y familias como la suya, habían llegado a alcanzar en subastas los 16.000 euros. Siempre había donado el dinero a UNICEF. El pasado enero cumplía uno de sus objetivos vitales: realizar una exposición. Se tituló Unhomed Belongings (Pertenencias no domesticadas) y la llevó a cabo el Museo Nacional de Singapur.
Sylvester Stallone
"Primero fui pintor. Después me convertí en actor y guionista". Son palabras de Sly, el mítico Rambo, el mítico Rocky y muchos míticos más, cuando en mayo de 2015 inauguraba su propia exposición en el Museo de Arte Modenor de Niza.
"Primero fui pintor. Después me convertí en actor y guionista".
Sylvester Stallone
La muestra, que se tituló The Real Love (El amor verdadero, por lo de la pintura, por si no lo habéis pillado) ya había pasado por San Petersburgo y constaba de más de 30 obras del intérprete, director y muchas otras cosas que ha sido el bueno de Stallone pintadas entre 1975 y 2015.
Es cierto que muchos han bromeado con su estilo pictórico que, digamos es poco dado a sutilidades: lienzos de gran tamaños, brochazos con ecos de brutalismo y poca, por no decir nula, sutilidad. Por poner un ejemplo: uno de sus cuadros se llama Finding Rocky (Encontrando a Rocky) y es una gran cabeza sobre fondo lila, una línea de casas y simbología urbana y recortes de periódico. Se le ocurrió cuando, sorpresa, buscaba una figura para la película homónima. "En esa ocasión, buscaba el personaje de Rocky. No sabía cómo tenía que ser. Pero de pronto, Rocky tomó forma ante el lienzo", dijo, añadiendo luego: "Cuando me faltan las palabras para expresar lo que siento, pinto".
Calcula que tiene entre 200 y 300 obras en su garage pero que le daba miedo enseñarlas hasta que confió en él la reputada galerista y marchante de arte Krystyna Gmurzynska. "Baso mi arte en mi vida". Puro Sly.
Pierce Brosnan
Conoció a su padre cuando él tenía 31 años. "Pasé una tarde de domingo con él y hablamos de esto y lo otro. Me habría gustado conocerlo mejor", dijo. En 1987 le detectaron cáncer a su mujer, Cassandra Harris, que moriría en 1991. Su hija Charlotte falleció en 2013. La vida de Pierce Brosnan, más allá de haber sido James Bond, ha tenido muy poco de las aventuras del agente secreto. Por eso, para todas estas desgracias y varapalos, él echó mano de su primera vocación: la pintura.
Aunque se enrolara en un circo ambulante porque era finales de los años 60 (y todos sabemos lo que ocurrió aquellos años), justo antes Brosnan había acabado sus estudios en la prestigiosa Saint Martin's, una escuela de arte londinense. No fue hasta la enfermedad de su esposa que desempolvó los pinceles e, inspirado por Matisse y Kandinsy, quienes considera sus referentes, le dio de nuevo brochazos al lienzos sintiendo que "el dolor, a veces, se manifestaba en colores". "Pinto retratos figurativos y paisajísticos al óleo, pinto con acrílicos.
Todo está en mi propio estilo", aseguró sobre lo que hace en su propio estudio de arte que se montó en la casa que tiene en Malibú y donde suele realizar cuadros como un perfil de Bob Dylan que alcanzó en una subasta benéfica (en estas se tira a lo alto) por 1,2 millones de dólares. Vaya con 007.
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