Creen haber encontrado el punto exacto en el que el artista pintaba ‘Raíces de árbol’, el lienzo que estaba acabando cuando recibió su herida mortal de bala.
Wouter van der Veen, investigador francés, asegura haber puesto una pieza clave en lo que sucedió aquel 27 de julio de 1890, cuando Vincent van Gogh regresó a su posada, el Auberge Ravoux, en la localidad de Auvers-sur-Oise, con una herida de bala que le llevaría a la muerte dos días después. Y la pista no es otra que la ubicación precisa en la que el genial pintor holandés realizó su última obra: Raíces de árbol.
Una antigua postal arroja luz al fatal desenlace
Según Van der Veen, también director científico del Instituto Van Gogh, en un reportaje de The New York Times, ya saben que pasó “todo el día” pintando la obra en la Rue Daubigny y, de hecho, aquellas cepas salientes de la tierra aún se pueden ver hoy en día en la ladera de una colina a solo 152 metros de la hostería. El sitio lo descubrieron durante el confinamiento, mientras estudiaba imágenes de toda la zona circa 1900 gracias a una colección de postales que les prestó Janine Demuriez, una mujer de 94 años.
Se mantiene el debate de la muerte de Van Gogh
Lo más importante con respecto a la pista y Raíces de árbol, una obra cargada de luz y vitalidad, es que contradice la versión oficial: mientras que el Museo Van Gogh y el propio Van der Veen siguen manteniendo la hipótesis del suicidio, Steven Naifeh (coautor junto a Gregory White Smith de la biografía Van Gogh: la vida) sostiene que este descubrimiento avala su teoría del asesinato, que según ambos historiadores lo llevaron a cabo accidentalmente dos niños.
El hecho de que saliera y pintara todo el día, no solo una obra común sino una pintura muy importante, indica que pudiese no haber estado deprimido. Al contrario, fue un día normal, productivo, y eso va en contra de la idea de que él podría llegar a suicidarse
Steven Naifeh
