El fotógrafo francés ha conseguido llamar la atención gracias a una mirada muy perspicaz de la arquitectura, exponiendo su obra en Berlín o Shanghái y recibiendo diversos premios.
Para mí, la fotografía minimalista significa simplicidad y humor. Es la capacidad de convertir una escena de la vida cotidiana más frívola en una obra mágica de arte gráfico. Hace que las personas sonrían y aprecien la sencilla belleza dentro de su propio día a día.
Quien habla es François Aubret, un fotógrafo nacido en Nantes (Francia) y que ahora vive en Los Ángeles tras pasar seis años en Shanghái donde se graduó en Diseño Ambiental.
¿Qué amante de la arquitectura no querría adquirir una de sus fotografías para vestir la pared de su habitación? En ellas se dan cita la geometría y esos “patrones ocultos” que se hallan en los “espacios mundanos” de los edificios urbanos. “Al combinar detalles aislados de la naturaleza, la construcción y los elementos sociales, creo composiciones muy vívidas”, le explicó en una entrevista a la Galerie Minimal de Berlín, donde ha expuesto este 2020 su trabajo más celebrado: Graphic Encounters.
Yuxtaponiendo el color y la textura de la creación humana y el pequeño caos de la naturaleza, Aubret, que cree que es “evidente” que es “un fanático de la organización y el orden” viendo su trabajo, mantiene que sus fotografías “son un recordatorio eterno de que la vida no tiene por qué ser tan dura”
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