La fotógrafa suiza tiene un leit motiv sencillo: “Haz de lo ordinario algo extraordinario”. Ella lo lleva a cabo a la perfección a través de collages fotográficos de composición sencilla pero con mucho significado.
Un surrealismo meditado, muy pensado, casi como Chema Madoz, Laura Quevedo o Kit Layfield. Pero sin tanta metáfora. Solo la forma, el color, el ingenio. Esa es la clave del trabajo de la artista suiza afincada en Berlín Monica Carvalho, que crea escenarios imposibles anexionando y yuxtaponiendo conceptos no ya antagónicos, sino directamente nunca pensados para colaborar artísticamente.
Fotografía sin límites…todo puede combinarse
A través de similitudes cromáticas, de texturas o de aspecto, la joven artista, fascinada desde pequeña por “la fotografía y el ilusionismo” y cautivada por la corriente surrealista, como ella misma cuenta en su página web, es capaz de impresionar a sus espectadores mezclando caracoles con ojos marrones, caracolas como oídos, bóvedas como senos, brazos como barras de pan, cabras como aviones o señales de STOP como labios.
Todo el trabajo, mérito de la artista
Desde que descubrió las posibilidades del Photoshop, cuenta, su lema vital ha sido “Haz de lo ordinario algo extraordinario”. Como ella misma afirma, el día a día puede ser tan anodino que tendemos a no percibir las cosas más allá de para aquello para lo que sirven.
Mi trabajo pretende ofrecer una nueva forma de mirar de las cosas cotidianas, elevando sus significados. Hay inspiración potencial en todas partes, solo depende de nuestra perspectiva
Monica Carvalho
¡Ah! Y un dato importante: todas las fotografías las ha realizado ella misma, lo que hace de estas “aventuras artísticas” no solo algo emocionante per se, sino también “increíblemente personales” para Carvalho.
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